La desigualdad entre hombres y mujeres sigue siendo un desafío vigente, especialmente en el ámbito laboral. La brecha salarial continúa presente en España, en Europa y en muchos otros países, reflejando que aún queda un largo camino por recorrer para garantizar condiciones de trabajo dignas y en igualdad de trato.
La discriminación laboral por razón de género es una realidad que debe erradicarse tanto en las empresas como en la sociedad en general. En este artículo analizaremos sus causas, consecuencias y la importancia de avanzar hacia un entorno laboral más justo e inclusivo.
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Índice de contenidos
¿Qué es la brecha salarial?
La brecha salarial es la diferencia existente entre los ingresos que perciben hombres y mujeres por su trabajo. No se refiere únicamente a cobrar menos por realizar exactamente la misma tarea (lo cual sería una discriminación directa), sino a un fenómeno más amplio que refleja desigualdades estructurales en el mercado laboral.
Incluye aspectos como:
- Diferencias en los salarios por puestos similares.
- Mayor presencia de mujeres en sectores peor remunerados.
- Obstáculos para acceder a puestos de responsabilidad o de mayor salario.
- Impacto de la maternidad y los cuidados, que suelen recaer más sobre las mujeres.
En Europa y en España, la brecha salarial se mide normalmente como el porcentaje de diferencia en la retribución media por hora trabajada entre hombres y mujeres.
La Brecha Salarial en el último año
En España, la brecha salarial entre hombres y mujeres sigue siendo una realidad. Según los últimos datos, en 2023 se situó en torno al 15,7 %, marcando un mínimo histórico, aunque otras fuentes la estiman en más del 17 % según el INE. Sin embargo, en 2024 algunos informes alertan de un repunte hasta cerca del 19,6 %, lo que indica que, pese a los avances de años anteriores, la reducción de la desigualdad salarial no es lineal y requiere reforzar las políticas de igualdad para consolidar los progresos.
Causas principales de la desigualdad salarial
Las principales causas de la desigualdad salarial entre hombres y mujeres son multifactoriales y están relacionadas tanto con factores estructurales del mercado laboral como con aspectos sociales y culturales. Entre ellas destacan:
- Segregación ocupacional: Mayor presencia de mujeres en sectores peor remunerados (servicios, cuidados, comercio) y menor en sectores mejor pagados (tecnología, industria).
- Dificultades de acceso a puestos de responsabilidad El llamado “techo de cristal” limita la presencia femenina en cargos directivos y de toma de decisiones, donde los salarios son más altos.
- Impacto de la maternidad y los cuidados: Las mujeres suelen interrumpir o reducir su jornada laboral por responsabilidades familiares, lo que repercute en su desarrollo profesional y en sus ingresos.
- Diferencias en el tipo de contrato y jornada: Mayor proporción de mujeres con contratos temporales o a tiempo parcial, que suelen estar peor remunerados.
- Infravaloración del trabajo femenino: Persisten estereotipos de género que hacen que tareas realizadas mayoritariamente por mujeres reciban menor reconocimiento económico.
- Discriminación salarial directa: Aunque menos visible, todavía existen casos en que una mujer cobra menos que un hombre por un trabajo de igual valor.
La participación de las mujeres en sociedad y el fin de la desigualdad salarial exige más esfuerzo, poder y medidas. No se trata solo de tener salarios de igual condición, sino que también exista igualdad real de oportunidades, posicionamiento y formación.