Cuando se habla de derecho penal aparece un concepto conocido como iter criminis. Este vocablo, que proveniente del latín, cuenta con una gran importancia y se traduce como camino del delito. Entender qué es y saber las diferentes fases con las que cuenta es fundamental para conocer un delito penal. Así pues, en este post te explicamos en cuántas fases se divide y cómo se aplica en derecho penal.
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¿Qué es el iter criminis?
Iter criminis es un término incluido en el derecho penal y que hace referencia al camino que un sujeto activo, es decir, un delincuente, sigue desde el instante en que la idea delictiva surge en su mente hasta la consumación de la misma. En este proceso se incluyen las diferentes etapas de preparación, planificación y otros pasos intermedios.
Conocer este camino es fundamental a nivel legal. Esto permite saber qué acciones asociadas al crimen pueden resultar punibles ante la ley. Además, se pueden vislumbrar los diferentes puntos en los que el sujeto activo pudo dar un paso atrás. Se trata de una visión global de las consecuencias de cada acción del delito.
Cuántas fases tiene el iter criminis
A grandes rasgos, el iter criminis cuenta con varias fases diferenciadas. Estas son:
Fase interna
Es el inicio del pensamiento de la acción delictiva. Este hecho en sí mismo no resulta punible, ya que el pensamiento no delinque. Este principio proviene de la Revolución Francesa y no ha sido modificado desde entonces. Castigar estos pensamientos iría contra el estado de derecho, puesto que no existe una prueba que permita demostrarlos.
Dentro de esta fase se pueden distinguir tres estados diferentes:
- Tentación criminal: se trata de la idea germen del delito
- Deliberación criminal: las ventajas y consecuencias a recibir si se consuma el hecho.
- Resolución: es la toma de una decisión definitiva y uno de los puntos de paso atrás.
Fase externa
Es el momento en que se pone en marcha la decisión. En ese instante el proceso pasa a ser visible y, por lo tanto, puede ser punitivo. Estas manifestaciones pueden tener un carácter conductual o una acción específica. Se pueden establecer ciertos planteamientos que permiten ver este camino:
- Actos preparatorios.
- Conspiración.
- Proposición.
- Provocación.
- Apología.
Dentro de todo este proceso cabe resaltar los actos preparatorios. Estos solo son punibles de manera excepcional, ya que su castigo puede llegar a atentar con la libertad individual. Esto se debe a que es muy difícil demostrar que estos actos van encaminados a la realización de un delito.
Cómo se aplica el iter criminis
La última fase del camino del delito sirve para determinar la aplicación de las leyes, que en este hace referencia a los actos ejecutivos. Cabe destacar dónde acaban los actos preparatorios y empiezan estos últimos, y para ello se aplica una teoría mixta basada en la jurisprudencia previa, que es más amplia para un tipo de delitos que para otros.
Dentro de este proceso existen dos elementos jurídicos de gran relevancia: la consumación del delito o la tentativa del mismo. Cada uno de ellos cuenta con matices diferenciados que son los responsables de las condenas del mismo.
Así pues, el iter criminis es el camino a seguir hasta la realización de un delito, pero está cargado de matices y acciones de diferente punitividad.